La Educación de adultos ha atravesado facetas en las que su tratamiento por parte de la sociedad ha variado sustancialmente. Hasta mediados del siglo XX, se consideraba ella como una de las versiones más modestas de los procesos o niveles de formación. Con Paulo Freire comienza a destacarse la dimensión política de la Educación. A partir de este momento en la década del 60 se hace visible la necesidad de incorporar como esenciales otros componentes de la formación a Distancia, la cual ya no se satisface por el mero aspecto acumulativo del conocimiento. La sociedad contemporánea vive procesos de aceleración y de sofisticación de la tecnología muy agudos.
Se considera que el analfabetismo tecnológico puede situarse como uno de los grandes problemas para el acceso al mundo del conocimiento que pueden llegar a tener las personas.Lo anterior significa que ha de ser compromiso de cada cual el proponerse el dominio de las tecnologias de la información. En el mundo laboral y no sólo académico, ellas serán protagonistas de procesos de desarrollo. La integración de la complejidad de factores que inciden en el aumento de la población analfabeta en muchos países, muestra que no sólo son políticas educativas lo que se ha de promover sino también políticas económicas, relaciones internacionales para poder trazar un plan medianamiente viable, proyectado a la erradicación del analfabetismo y a la consolidación de la Educación Básica como concepto relacionado con la formación de herramientas de aprendizaje que permitan permanentemente ajustarse a las demandas del cambiante mundo contemporáneo.Esta afirmación coloca de presente el gran compromiso estatal que hay con la Educación.En estos términos dicho compromiso desborda el marco del Título III de la Constitución, es decir el marco de los derechos prioritarios e individuales para insertarse en el marco de la POlítica económica del Estado.De ello se infiere la responsabilidad estatal inexcusable para la adopción de decisiones que converjan en el fortalecimiento del sistema de Educación para la Vida, entendido como el proceso de satisfacción de las necesidades básicas del aprendizaje.
sábado, 6 de diciembre de 2008
Educación como tarea y compromiso estatal
Desde la Declaración de Jomtien en 1990, se ha suscitado una gran y fructífera discusión. Esta incluye la reevaluación del proceso formativo orientado a un período determinado de la vida, para ubicarlos como proceso permanente y sistemático durante toda la vida una persona.
En este sentido, las necesidades básicas de aprendizaje se visualizan ahora presentes en los sujetos desde el nacimiento y durante toda su vida. Las demandas se ponen de manifiesto tanto en niños, jóvenes y adultos de maneras diferenciadas no tan sólo según edades sino también de acuerdo a contextos socioeconómicos, políticos y culturalesPor la necesidad de la convivencia el Estado emerge como el principal responsable de la Formación para la Vida-
Las necesidades básicas de aprendizaje
Las necesidades básicas de aprendizaje se visualizan ahora presentes en los sujetos desde el nacimiento y durante toda su vida. Las demandas se ponen de manifiesto tanto en niños, jóvenes y adultos de maneras diferenciadas no tan sólo según edades sino también de acuerdo a contextos socioeconómicos, políticos y culturaleskquote>
La educación y la acción estatal
La educación como condición de la convivencia se constituye en uno de los imperativos fundamentales de la acción estatal. La educación se logra a través de los diferentes procesos desarrollados en la búsqueda de la cualificación de la convivencia humana. Tales procesos pasan por diversos niveles y estratificaciones que van desde el hogar hasta los desarrollados en la vida adulta. El presente concepto de Educación para todos, supera la idea de la alfabetización entendida como el acceso a un cúmulo de conocimientos y al mejoramiento de las condiciones laborales.El ideal de la humanidad ha sido la conquista de esta convivencia para que se consolide la supervivencia del género humano.
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